jueves, 6 de junio de 2013

Y he aquí de nuevo el dragado urbano

Al parecer, diferentes colectivos recreativos han vuelto a solicitar al Ayuntamiento el dragado del Ebro en Zaragoza. El consistorio está encantado con la propuesta y ya se ha solicitado al INAGA y a la CHE que lo permitan, que no pongan trabas ambientales. Y éstos, tan solícitos como siempre, ya han dado las bendiciones. O sea, lo de siempre. La propuesta es de bajo presupuesto y “suave”, empleándose el eufemismo de que solo se van a “recolocar y dispersar” las gravas sin extraerlas.

Como tantas otras veces, año tras año, hay que insistir en que el dragado es dañino para el río, altera su geomorfología y afecta a sus seres vivos, modifica condiciones de flujo y puede ser a medio plazo peligroso. Y además es inútil, como se demuestra año tras año, constituyendo una inversión insostenible. También supone una mala práctica ambiental muy negativa por cuanto puede justificar otros dragados igualmente denunciables. Y es un muy mal ejemplo para una sociedad urbana muy necesitada de educación ambiental.

¿Para cuándo una navegación sostenible económica y ambientalmente? Espero que pronto alguien entre en razón y tanto las embarcaciones como las zonas de embarque se adapten a las características del cauce del Ebro. Un río como el nuestro solo permite embarcaciones de mínimo calado y exige modificar continuamente, en función de la dinámica fluvial, los recorridos y las zonas de salida y llegada. Si se quiere navegar en un río mediterráneo de gravas hay que aceptar estas condiciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario